lunes, 29 de junio de 2009

control de dieta

Otro de los errores de bulto que a mi entender cometen algunas personas que quieren perder peso, es que esperan que su médico les controle la dieta.
Yo digo a mis pacientes que no les voy a controlar y se suelen sorprender.
Ya somos bastante mayorcitos como para saber cómo tenemos que hacer lo que tenemos que hacer y, por supuesto, nadie va a ir detrás nuestro con una vara de avellano para ver si hacemos o no bien las cosas.
Nuestro médico nos va a dirigir. Va a ir diciéndonos lo que debemos o no debemos hacer para conseguir lo que nos hemos propuesto.
De nada sirve un director de orquesta si los músicos no hacen caso de sus indicaciones y, mucho menos si no saben tocar el instrumento que les corresponde.
Tengamos claro que no vamos a engañar a nuestro “director”. Podemos hacer todas las trampas que queramos y él, además, creérselas; y aún así, no le engañaremos (acaso podemos volverle loco pensando qué cambios hacer en nuestra dieta). Pero lo cierto es que a la única persona que conseguiremos engañar es a nosotros mismos. Y eso, creedme, no nos reporta ningún beneficio.

Fijaos en el diálogo que mantienen estas dos amigas. A lo mejor no os suena tan extraño.




-No es por nada, chica, pero ese morenazo del fondo de la barra no te quita ojo.
-Ya lo sé. Es que es mi dietista y me estoy comiendo un cruasán.

sábado, 27 de junio de 2009

la patrona

Hoy, 27 de junio, es la festividad de la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona de los médicos. Y hoy, 27 de junio de 2009 hace veintiún años (¡21!¡cómo pasa el tiempo!) que abría la consulta.
No fue una fecha elegida, fue pura coincidencia. De hecho, me di cuenta a posteriori y entonces busqué una imagen de la Virgen para ponerla en mi consulta. Me costó encontrarla (aunque después me ha llegado en múltiples ocasiones), tanto que tuve que hacer una foto de un cuadro para poder enmarcarla y desde entonces está haciéndome compañía.
Lo cierto es que en mi casa (en casa de mis padres), de una manera o de otra siempre ha estado presente, ya que también era la patrona del antiguo INP (instituto nacional de previsión, el antiguo INSS) donde mi padre trabajó desde los 18 años hasta su jubilación. Mi padre era también el presidente de la Hermandad del Perpetuo Socorro, una hermandad (como su propio nombre indica) cristiana de trabajadores que estaba englobada en las Hermandades del Trabajo (creo que siguen existiendo).
Por aquel entonces, todos los años se organizaba un festival familiar (mi padre era un poco el alma del mismo, organizador y presentador de la función) en el que miembros de las hermandades o sus familiares actuaban para los espectadores, a su vez miembros, familiares y amigos de los afiliados.
Allí hice mis primeras apariciones en público, en compañía de mi amigo Tito, hoy titular del Asador Don Cosme, en Albelda (por cierto, lo recomiendo. Hace un arroz con bogavante para descubrirse, igual que sus calderetas de marisco y unas estupendas carnes a la brasa). También era asidua mi hermana Pili, que todos creíamos que iba para artista, y nunca faltaban los chistes o las parodias de mi padre (ya veis, de casta le viene al galgo)
Es un poco por todo esto que hoy no podía dejar de escribir sobre la Virgen del Perpetuo Socorro, mi patrona.



jueves, 25 de junio de 2009

receta 8: ENSALADA DE CEBOLLA Y NARANJA

Aquí os presento un plato sorprendente para este verano. Según tengo entendido, es de origen marroquí. Presenta un contraste de sabores delicioso y sorprendente, es una receta ligera y aporta buena dosis de vitaminas.

ENSALADA DE CEBOLLA Y NARANJA

Ingredientes: Cebolla dulce (de fuentes) o cebolleta fresca
Naranjas de mesa
Vinagre de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Canela molida
Pimienta negra molida

Lo ideal es dejar durante un par de horas la cebolla cortada en aros finos sumergida en vinagre. De esa manera, le quitamos fuerza y suavizamos el sabor de la cebolla. Se puede hacer sin macerar pero el sabor será más fuerte.
Por otra parte, pelamos las naranjas quitando también la piel blanca y luego las cortamos en rodajas.
En una fuente vamos poniendo capas de naranja y cebolla.
Preparamos el aliño con aceite de oliva virgen extra, un poco de zumo de naranja y un poco del vinagre en el que hemos macerado las cebollas, una pizca de canela y otra de pimienta negra molidas. Batimos un poco la mezcla y apañamos con ella la ensalada.
Se puede decorar con unos aros de aceitunas negras deshuesadas.

Una variante, quizás menos llamativa, sería sustituir las cebollas por endibias cortadas en aros o en juliana. En este caso, no sería necesario dejar las endibias macerando en vinagre.

Complicada no es y a quien le gusta, le gusta mucho. Todo es cuestión de probar. Si os gusta, se repite otro día. Si no, con no volver a prepararla, santo remedio.

Buen provecho, amigos.

martes, 23 de junio de 2009

aversi...

El otro día, un paciente me decía en la consulta: “ a ver si cambia el tiempo y puedo hacer ejercicio…” y le dije que ya valía de “aversis”. En otras ocasiones le había oído decir cosas como “a ver si pasa esta racha de trabajo y me centro en la dieta…” “a ver si me tomo en serio esto…” “a ver si vuelvo de vacaciones…” “aver si…” “a versi…” “aversi…”. Total, que a base de “aversis” (bonito palabro ¿verdad?) va pasando el tiempo y nunca llega el momento oportuno para nada.

Si nos quedamos sentados esperando a que las cosas cambien, a que sea el momento justo o a que los astros nos sean propicios, en definitiva, si esperamos otro “aversi”, el resultado será que siempre estaremos esperando y nunca conseguiremos nada (o en el mejor de los casos solo una pequeña parte) de todo lo que podríamos conseguir, ya que con esa filosofía, nunca vamos a encontrar las condiciones adecuadas para ponernos en marcha.
Por eso, aunque las cosas no sean fáciles y los hados parezcan no estar a nuestro favor, el momento de actuar siempre es AHORA. Cualquier otro momento será demasiado tarde porque esas condiciones adecuadas no llegarán nunca y acabaremos esperando “aversi” para acabar no haciendo otra cosa y nos quedaremos con la sensación de que nunca acabamos (porque no lo empezamos) ni cumplimos nada.
Mi consejo es comenzar aquí y ahora a actuar a pesar de la previsible y lógica resistencia inicial. Si lo hacemos, sentiremos la liberación de comenzar a andar el camino y tendremos la sensación de hacer en lugar de esperar para realizar esos proyectos, sean los que sean, que tenemos en mente y que si no siempre van a seguir estando ahí.
¿vas a seguir siendo del grupo de los “aversis” para el que las cosas van a seguir siendo siempre iguales o te apuntas al grupo de los que se proponen actuar ahora para al menos intentar conseguir algo distinto?
Bueno, pues dicho esto, “aversi” sirve de algo a alguien esta reflexión.
Y “aversi” alguien se anima a comentar algo sin esperar “aversi” encuentra el momento.
“Aversi” es verdad.

viernes, 19 de junio de 2009

por si las crisis

Un señor va de cacería y se lleva a su perrito chihuahua para no sentirse solo.
Un día, el perrito se pierde y comienza a vagar solo por la selva. Una pantera lo ve, lo mira con extrañeza, se pregunta qué tipo de animal será ese y decide comérselo para ver qué tal sabe.
El perrito, al ver que la pantera se dirige hacia él a toda velocidad, piensa rápido qué puede hacer. En ese momento, ve un montón de huesos de un animal muerto y se pone a mordisquearlos y cuando la pantera está a punto de saltar sobre él, el perrito dice: ¡Uhmm, qué rica estaba la pantera que me acabo de comer!
La pantera que lo oye, frena en seco, da la vuelta y sale despavorida pensando que quién sabe qué tipo de bicho será ese y no vaya a ser que me coma a mi también.
Un mono que había visto la escena desde lo alto de un árbol sale corriendo tras la pantera para contarle como la había engañado el perro.
Esta vez muy cabreada, la pantera le dice al mono: ¡súbete a miespalda y ahora vamos a ver quién se come a quien! Y sale corriendo hacia donde está el chihuahua.
El perrito, que se da cuenta de la jugada sucia del mono, ve otra vez a la pantera corriendo hacia él y esta vez con el mono encima.
¿Y ahora qué hago? Piensa asustado y entonces, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto y cuando la pantera está nuevamente a punto de saltar sobre él, dice en voz alta:
¿dónde demonios se habrá metido este maldito mono? ¡Hace ya media hora que le mandé traerme otra pantera y todavía no aparece!


MORALEJA: En situaciones de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Así que procura ser imaginativo como el perro, evita ser tonto e impulsivo como la pantera pero sobre todo, nunca, nunca, nunca seas chivato y chismoso como el mono.


domingo, 14 de junio de 2009

Consultorio

EL TESTIMONIO: "La cena echa por tierra todos mis esfuerzos por cuidar la línea. No la perdono por nada del mundo. Cuando regreso a casa, al caer la tarde, ya empiezo a tener apetito. Durante el día tomo fruta y verdura, controlo mucho lo que como para no engordar, pero después de trabajar ocho horas, hacer la compra, lavar la ropa y acostar al niño, estoy hambrienta y siento que mi esfuerzo se merece una pequeña recompensa. Por pereza, preparo cosas de picoteo: unas tostaditas, quesos, embutidos... con lo que acabo comiendo de más sin darme cuenta. Y si hay dulces en la despensa, me resulta imposible no probarlos, pues me apetecen muchísimo".

LA RESPUESTA: “De grandes cenas están las sepulturas llenas, pero de no cenar, muchas más”. Ya sé que los refranes no son lo más científico de lo que podamos echar mano, pero también es cierto que se basan en la observación y la experiencia. Por eso creo que comienzas tu carta estupendamente: “La cena no la perdono por nada”. Y así es, no la tienes que perdonar. Y sigues de maravilla: “Durante el día controlo mucho lo que como”, y eso también está muy bien. El problema aparece a la hora de la cena.
La experiencia me ha hecho observar que la hora más proclive al picoteo es la última hora de la tarde y en general creo que se debe a dos factores. Por una parte, suele presentarse en personas que, por su jornada laboral o por costumbre, han comido poco y/o mal repartido a lo largo del día y llegan al final de la jornada con la reserva bajo mínimos. Por otra parte, es generalmente a esa hora cuando tras la vorágine de la actividad diaria tenemos un rato de tranquilidad, nos sentamos frente al televisor, cruzamos las piernas sobre la mesa, sacamos la bandeja con “munición pesada”… lo que unido al factor anterior trae como consecuencia el picoteo indiscriminado más que una cena en condiciones.
Mi consejo te lo daré con otro refrán: “Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”, a lo que tendríamos que añadir un tentempié a media mañana y otro a media tarde. De esta forma llegarás a la cena con menos ansiedad. Y cuando se come con menos ansiedad, se come más despacio, se mastica mejor y en definitiva, se come menos. Además seguro que duermes mejor y al día siguiente te será más fácil hacer un desayuno en condiciones.


4 CONSEJOS:

1.- No te la saltes: La cena, junto con el desayuno y la comida del mediodía, es una de las tres principales comidas del día y por tanto es un error prescindir de ella pensando que así adelgazarás más y mejor. Irte a la cama sin cenar solo conseguirá que descanses peor y probablemente, que asaltes la nevera de madrugada.

2.- Proponte un cambio: Si eres de las que desayunan poco y cenan mucho, prueba a cambiar lo que cenas por lo que desayunas y viceversa. Probablemente te sorprendan los resultados.
3.- Una buena opción: Un par de piezas de fruta y un yogur desnatado es una cena suficiente, sabrosa y fácil de preparar. Puedes mezclar en un bol la fruta troceada con el yogur, que también puede ser de sabores.
4.- Pasea la cena: Igual que es bueno echar una siesta tras la comida de mediodía, no es recomendable acostarse nada más terminar de cenar. Si te es posible, intenta dar un paseo después de la cena.

martes, 9 de junio de 2009

receta 7: FILETES DE PESCADO CON LANGOSTINOS

Hoy os presento una receta que es bastante habitual en mi cocina:

FILETES DE PESCADO CON LANGOSTINOS

Ingredientes: Filetes de Halibut (pero vale cualquier pescado blanco)
Langostinos crudos
Sal
Ajo molido
Aceite de oliva
Perejil picado

Preparación: En una fuente para microondas se ponen los filetes de pescado con sal y ajo molido y unas gotas de aceite y se meten 3 minutos al microondas a máxima potencia.
Mientras tanto, en una sartén se saltean las colas peladas de los langostinos con un poquito de ajo molido en un poco de aceite. En este punto a mi me gusta “exprimir” las cabezas de los langostinos para que suelten el “coral” que va a darle al plato color y sabor.
Cuando los langostinos están casi hechos, se incorporan a los filetes de pescado y se vuelve a meter otro minuto (o dos) en el microondas.
Espolvorear con perejil picado y servir.

Como variante con unas pocas calorías más, podemos pasar el pescado por harina y hacerlo “vuelta y vuelta” en una sartén con muy poquito aceite y al final incorporarle los langostinos hechos en otra sartén como ya he explicado y acabar de darle un hervor.

Como podéis comprobar, es una receta sin complicaciones (lo más complicado es pelar los langostinos), que se hace en un plis-plas y que está realmente buena.
En cuanto a calorías, ya veis: pescado blanco, marisco y poco más. Lo complementamos con una ensalada o una verdurita y comemos como reyes. Y quien se queje de que no tiene tiempo para cocinar o de que cuando se está a dieta no se puede disfrutar de la comida, que la pruebe y luego me cuente.

sábado, 6 de junio de 2009

De cerca

Cómo perder peso sin comprometer la salud

(Entrevista realizada por Nuria Omeñaca para el Heraldo de Soria tras la publicación de “Adelgazar en positivo”)

--Dices en tu libro que lo importante no es hacer una dieta de adelgazamiento, sino aprender a comer de una manera distinta. ¿Esto es un consejo para todo el mundo?

No podría decir que es un consejo para todo el mundo, pero sí es un consejo para todo el que necesite perder peso. Si hacemos una dieta solo para adelgazar, seguramente perderemos peso, pero al no haber aprendido nada, cuando la abandonemos volveremos a nuestros hábitos anteriores y, seguramente, a subir peso de nuevo

--Ahora sobre todo que llega el verano, todo el mundo se pone a hacer dietas, pero ¿es recomendable? ¿A quién se le aconseja seguir una dieta de adelgazamiento?

Una dieta coherente de adelgazamiento es aconsejable para todas aquellas personas a las que realmente les sobra peso, aunque a veces un pequeño sobrepeso no es un problema que precise un tratamiento drástico. También es recomendable perder peso cuando su exceso va unido a otras patologías que podrían mejorar solo por el hecho de conseguir perder esos kilos de más, como pueden ser la hipertensión arterial y la diabetes, por poner algún ejemplo

--Aconsejas no ponerse un límite de tiempo, sino que adelgazar es como seguir un camino en el que se puede uno desviar a veces. ¿Está muy arraigada esa mentalidad de adelgazar en un tiempo concreto?.

Casi todo el que comienza un tratamiento para adelgazar tiene como objetivo perder el peso que le sobra en un tiempo más o menos concreto, pero el tiempo que le va a costar perder ese peso no depende solo del factor “me gustaría” y como cada persona es un mundo, a unos les costará más y a otros menos. Además, sería más sensato plantearse no recuperar el peso perdido, aunque no sea todo el que nos sobra y a ese objetivo no podemos ponerle plazos

--Como la imagen corporal está últimamente muy ligada a la autoestima, ¿te encuentras con muchos casos de personas que quieren adelgazar sólo por estética aunque a priori no lo necesiten?

Básicamente nos encontramos con personas que quieren perder peso por dos motivos. Uno es por salud y otro por estética. En este segundo grupo hay gente a la que le sobra muy poquito peso y otros que están en un peso normal alto y que en realidad quieren perder más talla que peso. De todos modos, lo cierto es que no se pueden desligar los dos aspectos, puesto que al perder peso por salud, también nos encontramos mejor desde el punto de vista de la estética y al hacerlo por estética, siempre y cuando no hagamos tonterías, también nos encontraremos mejor.

--También dices en tu libro que lo importante para adelgazar es “querer” y no la fuerza de voluntad. ¿Es tan fácil con una dieta adecuada?

Querer adelgazar es fundamental para conseguirlo. En cuanto a la fuerza de voluntad, yo digo que es más importante plantearse unos objetivos y poner los medios para conseguirlos. Y no voy a intentar convencer a nadie de que está tirado seguir una dieta de adelgazamiento. Lo que sí tengo claro es que queriendo adelgazar, con unos objetivos claros, con una dieta adecuada y con una actitud positiva, es mucho menos costoso

--Cuando alguien te pregunta: ¿Qué has perdido? Contesta Nada. Eso se lo aconsejas a las personas que están adelgazando. ¿Influye mucho una actitud positiva a la hora de adelgazar?

Efectivamente, si te sobra peso y consigues perderlo, en realidad no has perdido nada. Solo has bajado peso. Todo lo demás lo has ganado. Salud, figura, alegría... y en cuanto a la actitud positiva, cada vez estoy más convencido de que en la mayor parte de las ocasiones (no siempre, por supuesto), perder peso es más una cuestión de actitud ante la dieta que de la dieta en sí.

-- ¿Cuál es el ritmo de pérdida de peso ideal?

No hay un ritmo de pérdida de peso ideal. Cada persona tiene el suyo. Pero es más importante mantener una tendencia más o menos constante, aunque sea lenta, de pérdida de peso que hacer cambios de peso muy bruscos. De todos modos, yo creo que una media de alrededor de medio kilo semanal está muy bien

--No te gusta el concepto de “peso ideal”. Por lo que he podido entender, el concepto de peso ideal es un peso bajo. En cambio prefieres el de peso normal, donde hay un margen mucho más amplio, que la imagen que vende la televisión parece no tolerar. ¿Esa imagen de la delgadez que se vende por televisión está realmente causando problemas de salud?

Hoy en día, e insisto, hoy en día, los patrones de belleza nos muestran modelos, sobre todo femeninos, sumamente delgados. Estos mensajes visuales llegan a muchísima gente y cuando los reciben personas que están en período de madurez o que no tienen unos criterios propios sólidos y bien formados, pueden, por imitación de lo que creen que es la perfección, derivar en problemas de salud, en ocasiones muy serios.

--¿Qué es lo más difícil de hacer una dieta? ¿Cuáles son los problemas a vencer más importantes?

Lo más difícil es tomar la decisión en serio. Una vez tomada, nos vamos a encontrar continuamente piedras en el camino y quizás el problema más importante sea el que esta es una carrera de fondo en la que lo más importante no es la velocidad, sino la resistencia y la perseverancia, aunque de vez en cuando tengamos desfallecimientos.

--Comentas que adelgazar es una cuestión de actitud, que debemos disfrutar de los alimentos que nos gustan y ser felices. Pero casualmente hay muchos alimentos que nos gustan pero estarían prohibidos, como el chocolate, o los dulces, los helados, etc. ¿Eres partidario de sacrificarlos o simplemente de controlar su consumo?

En efecto. Al hacer una dieta va a haber alimentos que nos gustan y que no deberemos comer, pero seguro que también hay otros muchos que nos gustan y que sí podemos comerlos. La actitud positiva nos ayuda a disfrutar de estos últimos y no a penar continuamente por los que debemos privarnos. ¿Sacrificarlos o controlar su consumo? Depende de qué alimentos sean, de los kilos que nos sobren, del ritmo de adelgazamiento que llevemos, de las patologías asociadas... unas veces controlaremos su consumo y otras en cambio habrá que suprimirlos, al menos temporalmente.

--Por último, danos unos pocos consejos para adelgazar sin comprometer nuestra salud.

Plantearse en serio querer adelgazar, hacerlo con una actitud positiva, con control de un médico o dietista que plantearán una dieta racional y adecuada y complementar la dieta con ejercicio físico según nuestras condiciones.

jueves, 4 de junio de 2009

La gente que me gusta (descubriendo a Mario)

Tengo una compañera de trabajo, mi amiga Lina, que es fan de la poesía de Mario Benedetti, fallecido el pasado mes de mayo. Tengo que confesar que no he leído nada de él salvo un par de poemas que Lina ha colgado en su blog y que me han encantado. Por casualidad, también ha llegado a mis manos un texto en prosa del mismo autor con el que me he identificado inmediatamente. Es más, creo que al menos el ochenta por ciento de lo que dice lo he dicho más de una vez en mis conversaciones como ideas propias. Pero como ni yo mismo lo expresaría de mejor manera, lo transcribo literalmente para disfrute de quien lo lea. Sirvan estas líneas como pequeño homenaje. Descanse en paz (si esta era su forma de pensar, opino que realmente se lo merece).

“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en nombre de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. Me gusta la gente que tiene sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social o por como lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la Fé, le felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como esa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me doy por bien retribuido.
GRACIAS POR SER DE ESA GENTE”

Yo voy a seguir intentado ser de esa gente y rodearme de gente como esa. Si os animáis, os invito al club.

martes, 2 de junio de 2009

hoy comemos (receta 6): SALTEADO DE MAGRO CON ALMEJAS

Pues sí, hoy toca receta y además, "de plato". Vamos a preparar... (tachán, tachán)

SALTEADO DE MAGRO CON ALMEJAS 

Ingredientes: Necesitamos entre 100 y 150 grs por persona de magro de cerdo cortado en dados, la misma cantidad de almejas o chirlas, limón, aceite, sal, pimienta y perejil. Preparación: En una sartén honda, echamos un poco de aceite y salteamos la carne previamente salpimentada. Cuando la carne esté doradita, añadimos las chirlas (lavadas y escurridas) y removemos todo. Tapamos la sartén y dejamos cocer a fuego muy lento durante unos 10 minutos. Cuando ya se estén abriendo las almejas, añadimos a la sartén el limón en rodajas. Al final, espolvorear con perejil picado. (Si no estáis a dieta, podéis añadir unas aceitunas negras al mismo tiempo que el limón) Es un plato fácil, rápido, rico y... sorprendente, ya que no es muy frecuente mezclar la carne con frutos del mar. Sin embargo, el magro de cerdo admite muy bien el marisco, que le da un sabor delicioso. Además, aunque sea carne de cerdo, no se pasa de calorías y resulta muy tierna. Probadla y me comentáis ¿vale?