sábado, 30 de enero de 2010

reflexión rimada

La vida es un libro en blanco que tenemos que escribir y sus páginas llenamos al pasar nuestro existir.
Su título: Nuestro nombre. El argumento: Nosotros. Su estilo: Cada uno el suyo y como el tuyo no hay otro.
Empezamos a escribirlo el mismo día que nacemos y solo lo acabaremos el día que ya no estemos. En él anotamos todo: Nuestra penas y alegrías, los éxitos, los fracasos, los buenos y malos días, cada uno de nuestros pasos, cada uno de nuestros actos, cada uno de nuestros pleitos y cada uno de los pactos. Todos nuestros amoríos y todos nuestros desprecios. Lo mismo los ratos buenos como los ratos más necios. Y cada una de las cosas que hacemos constantemente, dichos, hechos, pensamientos, lo consciente y lo inconsciente...
Y así pasamos el rato sin darnos cuenta siquiera. Todos somos escritores... el que quiera y quien no quiera


domingo, 24 de enero de 2010

una piedra en el camino...

¿cuántas veces no nos hemos encontrado con dificultades en nuestra vida o en nuestro quehacer diario?
¿cuántas veces no hemos dicho a nuestros hijos (o nos han dicho nuestros padres) que para conseguir algo es necesario poner algo de nuestra parte?
¿cuántas veces no hemos oído aquello de que el esfuerzo siempre tiene su recompensa?
¿y cuántas veces no hemos tenido que aprender de nuestros errores por no aprender de los de los demás?
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió y se quedó observando para ver si alguien quitaba la tremenda piedra.
Cuando los viajeros llegaban a la altura de la piedra, todos protestaban airadamente. Unos simplemente la rodeaban, otros culpaban a la autoridad por no mantener los caminos en buenas condiciones, otros daban media vuelta y buscaban otro camino sin obstáculos, otros se sentaban al borde del camino para ver si alguien se molestaba en moverla para poder pasar después… pero ninguno de ellos hizo nada para sacar la piedra del camino.
Un vecino que vivía apartado del pueblo y pasaba por allí todos los días con un fardo de leña para vender sobre sus hombros, llegó a la altura de la piedra. Iba bastante cansado, pero puso su carga en el suelo trabajosamente y trató de mover la roca hacia un lado del camino. Después de empujar y empujar, con gran esfuerzo, lo consiguió. Cuando iba a recoger su fardo de leña, encontró en el suelo, justo donde antes había estado la roca, una bolsa de cuero. Abrió la bolsa y vio que contenía un buen puñado de monedas de oro y una nota del rey diciendo que ese era el premio para la persona que quitara la piedra como recompensa por despejar el camino.
Moraleja: Cada obstáculo puede estar escondiendo una oportunidad, tanto para ayudar a los demás como para ayudarte a ti mismo.

viernes, 15 de enero de 2010

recetas 18 y 19: ARROZ CALDOSO CON SETAS y PIMIENTOS DEL PIQUILLO RELLENOS DE SETAS CON CREMA DE ESPINACAS

Este año, como he sido muy bueno, los Reyes Magos me han traído muchas cosas. Entre ellas, y de parte de mis compañeros (y sin embargo amigos) Esther y Álex, un libro que relaciona alimentación y deporte. En ese libro hay algunas recetas interesantes y aquí os voy a dejar un par de ellas con setas que tienen muy buena pinta:

ARROZ CALDOSO CON SETAS


Necesitamos cebolla, setas variadas, sal y aceite de oliva.
En una cazuela con un poco de aceite pochamos la cebolla cortada en juliana. Después le añadimos las setas en tiras o laminadas y rehogamos todo unos cinco minutos. Agregamos el arroz, salteamos y le echamos sal.
Poco a poco vamos añadiendo agua, primero medio vaso y dejamos hervir. Bajamos el fuego para que hierva a pequeños borbotones y cuando veamos que se va quedando sin caldo le echamos otro medio vaso de agua y así hasta que veamos que el arroz está cocido. Iremos probando de sal.
Espolvorear con perejil picado
Si en vez de agua vamos añadiendo caldo de carne, no hará falta echar sal y daremos mayor sabor al guiso.




PIMIENTOS DEL PIQUILLO RELLENOS DE SETAS CON CREMA DE ESPINACAS


Picamos cebolla bien pequeña y la ponemos a rehogar en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Luego añadimos las setas en daditos (champiñón, seta de cardo, hongos...). Sazonamos y rehogamos bien toda la mezcla. Con esta preparación rellenamos los pimientos de piquillo y reservamos.
Por otro lado preparamos la crema de espinacas poniendo a hervir en una cazuela con agua y sal la espinaca limpia (poner bastante, que merma mucho) y patata pelada y troceada. cocemos bien y luego trituramos (retirando todo el caldo) hasta obtener una crema espesa.
Para terminar, calentamos los pimientos en el horno (o en el microondas) y napamos con la salsa de espinacas (napar: verter sobre algo una pequeña cantidad). También lo podemos presentar al revés, colocando un fondo de crema de espinacas en el plato y encima, los pimientos.



Buen provecho!!!

sábado, 9 de enero de 2010

tres consejos


Para empezar bien el año, vuelvo a echar mano de un capítulo de "adelgazar en positivo" que no en vano fue el motor de arranque de este blog que luego ha ido discurriendo también por otros derroteros como son las recetas y mis elucubraciones mentales (mis pajas mentales, con perdón, les llamo yo). Eso sí, siempre y haciendo honor al título del blog, EN POSITIVO, que es también el espíritu de fondo del libro y el mensaje que intento transmitir, tanto para quien pretende adelgazar (en positivo) como para quien simplemente quiere pasar un rato (en positivo) leyendo.
Siempre digo que los consejos simplemente se dan y quien quiera los puede escuchar y decidir si los utiliza o no.
Si entre los propósitos para el nuevo año alguno de vosotros se ha propuesto perder peso, espero que estos tres consejos puedan serle de utilidad:
Durante el tiempo que dure el tratamiento para adelgazar, nos vamos a encontrar en más de una ocasión con situaciones que, de una manera u otra, nos “obligan” a salirnos de la dieta. Precisamente, lo más difícil que tienen las dietas de adelgazamiento es que hay que mantenerlas en el tiempo y, cuanto mayor sea éste, más difícil será no encontrar situaciones que nos inviten a “romper” las normas. Y eso tenemos que asumirlo desde el principio.
Suelo decir que tenemos que desdramatizar la dieta, que tenemos que entender que no se está “a dieta o contra la dieta” y que tenemos que amoldar la dieta a nuestra vida y no nuestra vida a la dieta.
Es por eso que me gusta dar tres consejos, cada uno más importante si cabe que el anterior y siempre en este orden:
1º) Una vez que hayamos decidido ponernos a dieta, hagamos todo lo posible por no salirnos de ella.
2º) Si nos salimos (bien por “obligación”, bien por voluntad propia), hagámoslo con moderación. Si vamos en coche a un pueblo y nos saltamos el cruce, a la hora de volver no será lo mismo haberse pasado un pueblo que veinte.
3º) Una vez que nos pasamos, con moderación, disfrutémoslo. Metámonos en la cabeza que si comemos un pastel, nos va a engordar lo mismo si lo comemos con deleite, disfrutando de él hasta la última migaja, que si lo comemos con remordimiento y sensación de culpa. Lo que engorda es el pastel, no el sentimiento con que lo comemos. Por tanto, si lo comemos, disfrutémoslo. Quizás pase mucho tiempo hasta que volvamos a probar otro.
Y quiero dejar claro que con esto no quiero incitar a nadie a romper la dieta. Todo lo contrario. De hecho, si os fijáis, lo primero que he dicho es que intentemos por todos los medios no romper la dieta.